Protección ambiental y derechos de los pueblos indígenas

Protección ambiental y derechos de los pueblos indígenas
Anterior a 1869. Piel de cérvido, decorada por mujeres indias de las Grandes Llanuras (América del Norte). © Museo de América. Foto, Joaquín Otero Úbeda

Protección ambiental y derechos de los pueblos indígenas

Cuando el último árbol sea cortado, el último río envenenado, el último pez pescado, sólo entonces, las personas se darán cuenta de que el dinero no se puede comer. Frase atribuida a Toro Sentado, que compartía con el resto de los aborígenes de las llanuras americanas un conocimiento profundo de la naturaleza, de la estrecha relación de sus componentes y de la necesidad de mantener el equilibro entre ellos para poder transmitir a las generaciones futuras un mundo habitable.

Los sioux, asentados en las Grandes praderas de América del Norte, mantenían una vida nómada, organizada en función de los desplazamientos de las manadas de bisontes, que les proporcionaban todo lo que necesitaban.  En 1868, tras un periodo de guerras y rebeliones para defender su territorio, pactan establecerse en las reserva de Black Hills, que era un lugar sagrado para ellos. El descubrimiento de oro en las colinas de Black Hills, determinó la ocupación de la reserva por aventureros y colonos.  Unos 28.000 sioux viven hoy en la reserva de Dakota del Sur.