Exvotos pintados
V Acogida y primeros vínculos
El Santísimo Cristo de las Batallas, cuya aparición legendaria se relaciona con una famosa batalla que se celebró en 1476. Su resultado consolidó a Isabel la Católica en el trono de Castilla. La imagen tiene una tradición piadosa muy importante en la ciudad, donde tiene fama de milagroso por las muchas gracias que otorga a los que le suplican favores en momentos de tribulación extrema.
El exvoto es una de las variadas formas que favorece la comunicación de los hombres con los seres divinos y, aunque el gesto es simple —un humano ofrece un objeto en gratitud por un favor concedido— las relaciones entre los humanos y las presencias sobrenaturales son complejas. La relación se establece cuando la divinidad, que está en una situación asimétrica de superioridad, interviene a favor del que sufre pudiendo hacerlo en situaciones imprevistas o en los trabajos y contingencias que acompañan a los hombres a lo largo de toda la vida.
El trabajo del parto y las dolencias asociadas a este que afectan a las madres y a los hijos son situaciones propicias para la ofrenda. La mujer que sufre o sus allegados hacen una promesa a cambio de un favor. Cuando el devoto ve satisfecha su petición y acepta que ha sido objeto de un «milagro» —vivencia personal en la que se percibe un hecho como extraordinario— lo hace público presentando el exvoto. Este explica la intervención extraordinaria en un momento concreto sobre unas personas concretas.
Estos exvotos pintados presentan con una gran plasticidad la imagen estereotipada del benefactor, pero en ellas se aprecian de forma detallista el modo de vida de los agraciados. La religión es un fenómeno social, más su vivencia es individual. La creencia se vuelve tangible con la imagen pictórica que combina la fe y los valores que conforman el imaginario colectivo con los afanes que los dolientes quieren comunicar, ahora el momento del parto y del postparto.
La costumbre antigua de ofrecer exvotos se desarrolló con fuerza a partir del siglo XVI y, a pesar del ascenso del agnosticismo, se mantiene en el ámbito católico con fuerza, incluso cuando algunos seres sobrenaturales no estén reconocidos por la Iglesia. [Pilar Panero García]