Objetivo 7: Energía asequible y no contaminante
La energía es básica para casi todos los grandes desafíos y oportunidades del mundo actual, ya se trate del empleo, el cambio climático o la producción de alimentos. Sin embargo, todavía en muchos países el consumo de energía es muy pequeño y no está garantizado el acceso universal a ella. Más de 1.000 millones de personas aún carecen de electricidad, y más de 3.000 millones todavía cocinan con combustibles muy contaminantes y tecnologías poco eficientes, sobre todo en Asia y África Subsahariana. En ellos, la leña, aunque muy escasa a veces, es la principal fuente de energía, como ilustra la fotografía de la izquierda, en la que un hombre enciende una pequeña hoguera para preparar un té.
Sin embargo, los países más desarrollados son ávidos consumidores de energía, sobre todo energía fósil, y es imprescindible una auténtica revolución —que alcance también a los países menos favorecidos— en la que la energía obtenida del petróleo, contaminante, finita y responsable en gran medida del cambio climático, sea sustituida cuanto antes por energías renovables, no contaminantes y seguras, como la solar o la eólica, como la del aerogenerador de la foto de la derecha. Es parte de la transición ecológica, y su objetivo básico es descarbonizar la economía.
Los progresos en torno al Objetivo 7 (Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos) han sido pequeños en los últimos años, y algunas de las metas para 2030 son garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos, aumentar notablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas, duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética o aumentar la cooperación internacional.