Multiresistencia, políticas farmacéuticas y enfermedades microbianas: sífilis y tuberculosis
En muchos países en desarrollo (algunos de gran tamaño como India y Brasil) todavía mantienen elevadas prevalencias de algunas infecciones, que deben ser tratadas con antibióticos específicos. La resistencia a los antibióticos de tres enfermedades de transmisión sexual sigue aumentando, lo que ha determinado nuevas directrices terapéuticas por parte de la OMS.
La Penicilina (penicilina G) es el único medicamento que previene y trata la trasmisión maternoinfantil de la sífilis. Sin embargo, se ha detectado una importante reducción de su producción por parte de las farmacéuticas, porque consideran que al destinarse mayoritariamente a países pobres deja un inferior margen de beneficios y resulta «demasiado cara de producir». Esa decisión determinó que en 2015 no estuviera disponible en 35 países donde todavía era necesaria. La escasez del medicamento coincidió con un aumento de los casos de sífilis en Brasil, que a su vez determinaron el aumento de nacimiento de bebés con enfermedades congénitas. El gobierno brasileño detectó en 2014 la carencia del antibiótico específico y su sustitución por otro medicamento no eficaz para tratar la enfermedad. El ministerio de salud de Brasil informó en 2016 del aumento de casos de sífilis desde 2010, muy acentuado entre los adultos en 2016 y concentrados en 100 municipios. De los 87.593 casos de sífilis en adultos notificados ese año, el 14,7% fueron mujeres, cuyos embarazos dieron lugar a 20.474 casos de sífilis congénita, lo que representó un aumento del 4,7% respecto al año anterior. Ante esa situación, el gobierno estableció y presentó públicamente el programa «Respuesta rápida a la sífilis en las redes de atención», que entre otras medidas incluyó importar penicilina por dos años para suplir las necesidades de tratamiento en todo el país, asegurando que el tratamiento de la sífilis con el antibiótico adecuado estaría garantizado hasta marzo de 2019. Sin embargo, en noviembre de 2019, Brasil registró el mayor número de casos de sífilis desde 2010, determinando una grave situación, porque las penicilinas adquiridas por el gobierno se habrían agotado los primeros meses del año.
La tuberculosis es la décima causa de muerte en el mundo y la segunda de entre todas las enfermedades infecciosas que más contribuye a la mortalidad de adultos. La OMS estima que una tercera parte de la población mundial está infectada por Mycobacterium tuberculosis, que ha desarrollado una variedad multirresistente al menos a los dos medicamentos más poderosos para su tratamiento (isoniazida y la rifampina). La resistencia a los medicamentos es consecuencia del uso inadecuado e indebido de los antibióticos. El Proyecto mundial de vigilancia de la farmacorresistencia de la OMS y la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias ha detectado tuberculosis multirresistente en Europa Oriental, América Latina, África y Asia, donde la estrategia para su control y eliminación todavía está en fase experimental. Eso exige que durante dos años se administre a esas poblaciones un arsenal de fármacos caros y con efectos secundarios, mientras que la tuberculosis fármacosensible se cura en seis meses. Teniendo en cuenta el creciente nivel de globalización y la intensificación de las migraciones transnacionales y el turismo en todo el mundo, ningún país está a salvo de sufrir un brote de tuberculosis multirresistente. [Cristina Bernis]