Las mujeres indígenas y la gestión de la vida

Las mujeres indígenas y la gestión de la vida
2016. Partera kichwa del Alto Napo (Ecuador) haciendo cordones umbilicales para los recién nacidos de manera tradicional, girando sobre su pierna la fibra de plátano. A la izquierda, un 'wamaj kara', pieza de bambú con un perfil afilado, para cortar el cordón umbilical una vez expulsada la placenta © AEEH

Las mujeres indígenas y la gestión de la vida

Desde 2008 Ecuador es un Estado plurinacional e intercultural, que reconoce y garantiza los derechos y las prácticas de los sistemas tradicionales de salud de sus ciudadanos indígenas (un millón de personas que representan el 7% de su población). En 1998 se fundó la Asociación de Parteras Kichwas del Alto Napo (Amupakin), de gran valor estratégico multicultural, porque integra sus conocimientos medicinales y sus tradiciones vivas, con los conocimientos científicos y valores actuales, y visibiliza la importante contribución de las mujeres indígenas al avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente los relacionados con pobreza (ODS1), nutrición (ODS2), salud (ODS3), género (ODS5), igualdad (ODS10) y biodiversidad (ODS15).

La salud holística en la cosmovisión indígena integra el cuidado del cuerpo, la protección del espíritu y el resguardo de los riesgos emocionales, lo que aplicado en concreto al parto implica el equilibrio entre el conocimiento empírico por observación del proceso biológico y la interpretación simbólica del significado biocultural y emocional que genera una nueva vida. Las parteras han adquirido durante milenios el conocimiento de la vida, reforzado por la transmisión intergeneracional, con frecuencia entre líneas familiares de parteras (abuelas, hijas, nietas), y asocian el parto a posición vertical. Son muy hábiles recolocando fetos mal posicionados cuando se acerca el parto. También aplican su conocimiento a la manera de recibir y cuidar al recién nacido, incluido el baño, el corte del cordón, el cuidado del ombligo para su cicatrización y la inmediata introducción a la lactancia materna. Los remedios se basan en su conocimiento etnobotánico, asociado a la etnia kichwa. Las parteras de Amupakin cultivan en su huerto más de 70 especies diferentes, que aplican en la salud sexual y reproductiva (regular menstruación, anticoncepción, aborto), parto (controlar el dolor, el ritmo de las contracciones, la dilatación del cuello, cortar hemorragias) y salud de los lactantes (catarros y diarreas).

El octavo día después del parto tiene lugar la celebración simbólica en torno a madre y criatura, el ritual incluye la limpia de la mamá y de todos los presentes, la entrega formal de la criatura a la madre, el reparto de chicha (bebida alcohólica) y la danza que hacen las parteras con la ashangas (canastas colgando de la frente), mientras cantan lo que debe enseñar la madre a sus nuevas criaturas. La celebración finaliza con la entrega de la ashanga con su contenido de productos alimentarios a la madre, que ese día se reincorpora a su vida cotidiana. [Cristina Bernis]