La mortalidad infantil, duplicada
En el ranking mundial de mortalidad en menores de cinco años, Iraq ocupaba en 1989 un puesto medio: el 61 de 121 países; en 1996 había retrocedido al puesto 39 de 191 países. A partir del estudio realizado por FAO en Iraq en 1995, se estableció la cifra de 567.000 menores de cinco años muertos como consecuencia directa de las sanciones, tal y como recogió la revista The Lancet. El estudio de UNICEF de 1999 revelaba que la mortalidad infantil en menores de cinco años se había duplicado de 55 muertes por 1.000 nacidos vivos en 1984/89 a 131 en 199/99. Asimismo, la mortalidad en menores de un año se había incrementado de 47 a 108 fallecidos por 1.000 en el mismo período. Ambas tasas eran mayores cuanto menor era el nivel educativo de la mujer y en el medio urbano. Las estimaciones de las Agencias especializadas de NNUU establecían un balance más negativo que el del propio ministerio iraquí de Sanidad al basarse en estudios epidemiológicos y no en el registro de muertes.
Cifras bien conocidas por la comunidad internacional, Madeleine Albright, entonces Secretaria de Estado de EEUU durante el segundo mandato del presidente Clinton, consideró que era «un precio que valía la pena pagar» para alcanzar el objetivo de derrocar a Saddam Husein.
Tras la entrada en vigor del programa «petróleo por alimentos», la elevada mortandad infantil se mantuvo: 250.000 menores de cinco años fallecieron entre enero de 1997 y diciembre de 1999 según NNUU.