La invención del campanario
En el Beato de Tábara, acabado en el año 970, vemos el scriptorium del monasterio zamorano de Tábara junto a un alto campanario con sus campaneros con los mismos elementos que vemos en las torres de campanas de Europa del último milenio. Campanas y campanario se desarrollaron notablemente y de manera relativamente uniforme en la Edad Media unidos a las iglesias de asentamientos estables y a núcleos urbanos emergentes donde el campanario era a la vez un instrumento eclesiástico y municipal.
Entre la Edad Media y la Moderna, las corporaciones municipales de la costa atlántica noreuropea relacionadas con la Liga Hanseática desarrollaron las torres de campanas municipales, los beffroi, belfries y belfry de Francia, Bélgica e Inglaterra. Aparentemente en esta época y en relación con el comercio de larga distancia de la Hansa, también se desarrollaron los carillones, una versión simplificada de las campanas chinas que tuvieron escaso arraigo en España.
Las campanas y las torres de campanas habían conformado en Europa una tradición cultural propia, con un lenguaje musical con variantes regionales que exportó a América, mientras en el Extremo Oriente se había desarrollado más bien una tradición musical.