La industria del sexo en la colonia
Una gran industria del sexo cubría la demanda sexual de los militares destinados a Gibraltar y de las escuadras que fondeaban allí. Se alimentaba de mujeres españolas principalmente, y también se dirigía al turismo y a las clases medias y altas de provincias cercanas. Vicenta López, que trabajó sirviendo en Gibraltar, dice:
«Cuando entraba una escuadra de barcos a Gibraltar las que servíamos teníamos que salir de trabajar temprano, para que los soldados no nos pillaran por la calle. Se creían que todas las mujeres eran lo mismo.»
En suelo gibraltareño la industria del sexo estaba limitada por la superficie de la plaza militar y por las prioridades del proyecto colonial. En el año 1922 el gobernador militar de Gibraltar cerró unos quince locales registrados como burdeles o casas de prostitución, la mayoría en Serruya’s Lane. Parte de las trabajadoras afectadas se trasladaron a La Línea, mientras varios clubes y cabarés de Gibraltar siguieron activos por décadas.
Las personas entrevistadas constatan también el impacto de la industria del sexo en la sociedad linense. «En los años treinta teníamos en la calle Gibraltar de La Línea entre cinco y siete cabarés, y otros más en la calle San José y otras calles. Había prostitución de alto nivel y de bajo nivel, veintitantas salas de fiesta y otros tantos prostíbulos», recuerda Vicente Ricardo. La moral del momento exigía a las mujeres de La Línea ajenas a esta industria no coincidir ni contactar visualmente con trabajadoras y clientes.