La faz cambiante de EEUU, país de inmigración
EEUU es el país más rico y poderoso del mundo, cuyos habitantes son mayoritariamente descendientes de emigrantes de muy diversos orígenes y fenotipos, que continúan llegado en grandes números. El análisis de este movimiento permite ilustrar la historia reciente de la diversidad biológica de los pueblos, y comprender por qué el término «raza» —que todavía se recoge en sus censos oficiales de población— debe ser desterrado del lenguaje científico en Biología y Ciencias afines.
Desde su independencia en 1776, los registros oficiales de población incluyeron el denomiando «estado de derecho» (personas libres o esclavas) y la «pertenencia racial» de sus habitantes. El registro racial se inició con el objetivo de mantener el control económico, político y social de los colonos europeos sobre la población indiay africana, y se ha modificado mucho en los 244 años de existencia. Por ejemplo, inicialmente las personas nativas americanas se clasificaban como «caucasoides», pero no como «blancos», porque de esa manera no tenían derecho al voto, y por la misma razón, tampoco fueron inicialmente clasificados como tales ni los irlandeses ni los europeos del Sur y del Este del continente.
La última gran modificación incluida en el censo de 2000 permite que cada persona se defina como perteneciente a una o dos grupos poblacionales en función de sus ascendientes, ofreciendo 63 posibles combinaciones derivadas de lo que todavía consideran los seis grupos monorraciales, a los que se ha añadido el asiático. Sorprende que durante el auge de la investigación sobre el genoma se diseñara esa clasificación tipológica, que recuerda el sistema de estratificación social de Nueva España en el siglo XVIII, en el que se establecían 16 combinaciones a partir de tres variantes («blanco», «indio» y «negro»), representadas en las famosas «pinturas de castas» que se pueden ver —entre otros lugares— en el Museo de América de Madrid. La proporción de estadounidenses inscritos como descendientes de más de un grupo en el año 2000 fue solo del 5%, aumentando hasta el 32% diez años después, cuando un creciente número de estadounidenses asume su contribución a «la faz cambiante de Estados Unidos», como reflejan las impactantes imágenes y entrevistas del fotógrafo Martin Schoeller, recogidas en el artículo Razas, la faz cambiante de Estados Unidos publicado en 2019 en la revista National Geographic.
Tras la Segunda guerra mundial se inició el importante flujo de trabajadores y trabajadoras de origen mexicano a Norteamérica, donde, según las estimas censales de EEUU, partir de 2060 se convertirán en mayoría, desplazando a la «población blanca», que todavía representa en torno al 60%. Paradojas de la historia, los mexicanos, que son descendientes de los primeros grupos amerindios que atravesaron Norteamérica de norte a sur y se instalaron en México, retornan ahora a América del norte siguiendo la ruta inversa. La población mexicana mantiene unos 27,7 millones de nativos, que representan el 21% de su población, frente al 1% que representan los dos millones de nativos amerindios en EEUU. [Cristina Bernis]