La «Declaración del Milenio» establece una nueva alianza mundial

En el año 2000 se celebra, en Nueva York, la I Cumbre de las Naciones Unidas para el Milenio que reunió a 189 Jefes de Estado y de Gobierno. Esta Cumbre supuso una oportunidad histórica para revisar el papel de Naciones Unidas, así como para analizar los grandes desafíos a los que se enfrentaba el nuevo siglo. Los 189 Jefes de Estado y de Gobierno asistentes firmaron la «Declaración del Milenio» en la que proclamaron que sólo trabajando de manera conjunta y sostenida, y respetando la diversidad sería posible alcanzar un mundo más justo, equitativo y próspero en el que sería posible alcanzar la paz. Los gobiernos reconocían su responsabilidad colectiva para conseguir que la dignidad, la igualdad y la equidad alcanzasen a todos los seres humanos y de manera muy especial a todos los niños y niñas del mundo. Los países en desarrollo debían fortalecer la buena gobernanza, luchar contra la corrupción, promover el crecimiento y aumentar al máximo la disponibilidad de recursos internos para financiar estrategias nacionales de desarrollo. Al mismo tiempo, los países desarrollados tenían que apoyar esos esfuerzos con un aumento de la cooperación al desarrollo y de la condonación de la deuda. Para hacer efectivos estos compromisos se estableció una nueva alianza mundial con el objetivo de reducir la pobreza extrema y establecer una serie de metas a alcanzar, con fecha límite en el 2015, que se conocen con el nombre de Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).