Hundirse en la pobreza

Hundirse en la pobreza
2003. Un mes antes del inicio de la guerra y ocupación de Iraq, este vendedor revisa sus billetes con la imagen de Saddam Husein, impresos en papel corriente y sin aguas a causa de las sanciones, en un mercado de Bagdad. Fotografía: José J. Revenga © José J. Revenga

Hundirse en la pobreza

Las sanciones contra Iraq por su invasión de Kuwait fueron establecidas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (NNUU) en agosto de 1990 y eran de obligado cumplimiento para todos los países de la comunidad internacional. 

Antes de las sanciones un dinar iraquí se cambiaba a tres dólares; a partir de 1990, un dólar equivalía a 1.800 dinares. En el primer año de sanciones, 1991, el PIB descendió hasta el nivel de los años 40 del siglo XX, antes de la comercialización del petróleo. Antes de las sanciones, Iraq tenía una economía diversificada: las exportaciones de hidrocarburos y sus derivados correspondían tan solo al 61 por ciento del PIB; a partir de 1991, los sectores económicos dominantes fueron la distribución y los servicios, con el 81 por ciento. 

En 1990, Iraq tenía 17,42 millones de habitantes. Según las Agencias especializadas de NNUU, las sanciones hundieron a más de la mitad de la población iraquí por debajo de la pobreza y a más de cuatro millones y medio en la extrema pobreza. El 60 por ciento de las fábricas tuvo que cerrar y el resto funcionaba a una capacidad del 10 por ciento. Como consecuencia de ello, el desempleo alcanzará al menos a la mitad de la población activa el país, según la estimación más moderada. Antes de las sanciones, la economía del país correspondía a la de un sistema de predominio público bajo control del Estado. El régimen optó entonces por la privatización de determinados sectores económicos.