Grandes cerebros relativos y muy eficaces
Los primates tienen cerebros entre dos y tres veces mayores que los correspondientes a sus tamaños corporales. Este crecimiento corresponde esencialmente al córtex cerebral, formado por varias capas de neuronas que recubren con sus circunvoluciones los hemisferios cerebrales y que es exclusivo de los mamíferos. El cerebro primate se expandió plegándose sobre sí mismo, al tiempo que se desplazaba hacia atrás y hacia abajo, asociado al ortogradismo.
Además del gran desarrollo de la corteza visual primaria en el lóbulo occipital (en el temporal se sitúa la secundaria, junto a las funciones de audición, atención, emoción y memoria), es destacable el desarrollo extraordinario en los primates de las cortezas motora (lóbulo frontal) y somatosensorial (lóbulo parietal), particularmente en relación a la manipulación, los movimientos de labios y lengua, y las expresiones faciales. Los primates muestran además un desarrollo diferencial de la corteza prefrontal (parte delantera del lóbulo frontal), zona de gran conectividad asociada a la denominada «planificación intuitiva» y que regula la interacción social. Dentro de ella se sitúa el área premotora ventral (zona inferior lateral de los lóbulos frontal y parietal), un centro de coordinación de la visión y los movimientos manipulativos en el que se localizan las «neuronas espejo», que se activan tanto con la propia acción como al ver realizar la misma acción en otro individuo, y que por ello se han asociado con la comprensión entre congéneres («Teoría de la mente») y el aprendizaje en primates no humanos, y con el lenguaje y la empatía en nuestra especie.
Como ha demostrado Herculano-Houzel, el cerebro primate tiene además la peculiaridad de que sus neuronas corticales son pequeñas y no aumentan de tamaño al hacerlo el cerebro, de tal manera que, aunque su número aumente casi linealmente, su densidad y su interconectividad son constantes, manteniendo la eficacia de su actividad. Por término medio, los primates duplican en número de neuronas a los mamíferos de otros órdenes de su mismo tamaño corporal. Nuestro cerebro alberga en 1,4 kilos 86.000 millones de neuronas y cientos (o miles) de billones de conexiones.
Como muestra la figura superior, grandes tamaños cerebrales han aparecido varias veces en la evolución mamífera, aunque su plan neuronal no es el mismo, como es el caso de los primates en relación a esta última característica comentada. Esta divergencia evolutiva primate de la regla general mamífera de crecimiento cortical es solo compartida por otro orden mamífero bien diferente, recientemente establecido, Eulipotyphla (topos, erizos y musarañas, los antiguos órdenes Erinaceomorpha y Soricomorpha), sin que haya una explicación para ello. [Carlos Varea]