Gibraltar, espacio de refugio
Desde el siglo XIX Gibraltar constituyó un espacio de refugio transitorio para políticos españoles de diverso signo. Intentaban evitar represalias o bien usaban el enclave como puente para exiliarse a otro destino hacia el Mediterráneo o el Atlántico.
La Línea fue ocupada por tropas franquistas en el mismo mes de julio de 1936. El gobierno británico, aunque ambivalente en su participación en el conflicto, brindó refugio en los primeros meses de guerra a varios miles de españoles (entre 5.000 y 10.000, dependiendo de las fuentes). Entre ellos había trabajadores en Gibraltar que cruzaban a diario la frontera y decidieron no volver a territorio español. También entraron a la colonia gibraltareños que residían en la comarca y británicos que vivían en otras provincias. Las cifras varían entre cientos y dos mil.
El espacio multifronterizo abrió las posibilidades: parte de la población que entró en Gibraltar se dirigió al frente de guerra peninsular vía Tánger, que entonces tenía estatuto de Ciudad Internacional, y otros se exiliaron en esta ciudad.
Entre los años 1940 y 1960 muchas familias linenses tenían algún miembro refugiado en Gibraltar. Buscaban la forma de mantener los lazos familiares y de sobrevivir económicamente. Algunos refugiados en Gibraltar cambiaban libras a pesetas en el mercado negro para hacerlas llegar a sus familiares por medio de otros trabajadores que vivían en La Línea.