Flauta de hueso de buitre (hueso de ala de buitre, madera)
Para fabricar una flauta se precisa un tubo aproximadamente cilíndrico en el que realizar un bisel y los agujeros.
La naturaleza nos ofrece diversos materiales que pueden ser utilizados con este fin, y el ser humano no ha dejado de aprovechar esta oportunidad que le brinda el entorno. Distintos tipos de vegetales como la caña (Arundo donax), árboles y arbustos con medula blanda y fácilmente perforable (como el saúco o la higuera) y, por supuesto, huesos de animales. De estos son muy apreciados los de grandes aves como el buitre leonado, cuyo hábitat ha estado siempre próximo a los humanos ya que aprovecha los restos de muladares y vertederos.
El hueso que mejor se adapta a ésta función es la ulna del ala, que por su tamaño y forma hace que sea idóneo para fabricar distintos tipos de flautas. Si bien estos animales no eran objeto de caza, sí era habitual encontrar por el campo restos óseos de animales muertos por causas naturales, muchas veces ya libres de restos de carne y blanqueados por efecto del sol y otros carroñeros.
Una vez bien limpio el hueso y el tubo abierto cerca de uno de los extremos, se realiza un orificio de forma cuadrada o rectangular, biselando el lado más alejado del borde. A su vez se hace un tapón de madera que encaje en el orificio y en su parte superior se rebaja de formando un canal o aeroducto que al soplar, el aire pase por él y se proyecte sobre el bisel produciendo el sonido. El resto de agujeros son para obtener diferentes notas según la digitación, siendo normalmente seis o siete.