En primavera se sube a la cima
Para la fabricación de collares de vacas, caballos y cabras se usa una gran cantidad de plantas. Estos collares podían decorarse con motivos geométricos o florales. Debido a su flexibilidad y a su resistencia, la madera de almez (Celtis australis) es la preferida para estos objetos. Le siguen la de arce (Acer), haya (Fagus sylvatica), carpe (Carpinus betulus), árbol del amor (Cercis siliquastrum), cornicabra (Pistacia terebinthus), moral (Morus nigra), olmo (Ulmus campestris), sauce (Salix spp.), lluvia de oro (Laburnum anagyroides) y fresno florido (Fraxinus ornus). Los collares sirven para sostener campanas y cencerros con timbres diferentes.
La trashumancia no consiste sólo en atravesar físicamente un territorio, representa además una forma de apropiación sonora de un espacio ya memorizado acústicamente durante las trashumancias precedentes. Como también informó Ricci (1996), el cruce de los núcleos de población con los rebaños se percibe como una forma de «rescate social» a través de la ostentación sonora y visual. Esta ostentación queda reflejada en expresiones como «ce le so fatte vedé de passà» («han visto a mis animales») or «ce lo se fatte sentì» («han escuchado a mis animales»).