El tamaño corporal ‘correcto’ de cada mamífero
El modelo de Charnov ha sido una aportación esencial para la comprensión de las historias de vida de mamíferos y también de aves. Explica muchas de las evidencias conocidas sobre las relaciones entre las variables de las historias de vida y el tamaño corporal, y ha avanzado además predicciones que han podido ser corroboradas con nuevos datos empíricos. Son las relativas a los llamados invariables, valores matemáticos (por ejemplo, las ratios) entre los distintos componentes de la historia de vida que son constantes e independientes del peso corporal, por ejemplo, los que relacionan la edad de maduración sexual con la tasa de mortalidad adulta, o con la tasa de fertilidad. Pero otras predicciones no han resultado ciertas, como la relativa a que la duración de la lactancia es una proporción contante del tamaño corporal.
El modelo de Charnov establece que los mamíferos crecen a lo largo de una misma trayectoria, de tal manera que especies de similar tamaño corporal y, por ello, similares tasas metabólicas, deben compartir historias de vida similares. Sin embargo, no es así: los murciélagos y los primates tienen historias de vida mucho más lentas que las que les corresponderían para sus tamaños corporales. Es decir, el «continuo rápido/lento» en los mamíferos no puede considerarse exclusivamente como derivado de la selección natural sobre el tamaño corporal, que además se expresa también de manera continua, pero con un predominio de especies de pequeño o moderado tamaño.
En 1997 Kozlowski y Weiner propusieron un nuevo modelo para explicar por qué especies mamíferas de similares tamaños corporales tienen muy contrastadas historia de vida, o por qué el tamaño de especies muy próximas filogenéticamente varía, y con ello sus historias de vida. Kozlowski y Weiner señalaron que las asunciones del modelo de Charnov no se cumplen en el mundo natural: tamaños poblaciones estables, y tasas de mortalidad estables determinadas por ambientes igualmente estables. Según estos autores, el «tamaño corporal correcto para un mamífero» (como titularon Purvis y Harvey su trabajo de 1997 en Nature) es el resultado de la respuesta adaptativa a una combinación específica de factores ecológicos, parámetros energéticos y tasas de mortalidad, lo que explicaría la extrema dificultad de establecer modelos predictivos asequibles sobre las diferencias en las historias de vida mamíferas. [Carlos Varea]