El coste humano de la construcción
Todas las personas entrevistadas recuerdan fallecidos en accidente de trabajo: caídas, enterramientos por deslizamientos de tierra, golpes con la maquinaria, soterramiento en los pozos indios… Carmelo Cantillo (Santa María de Nava, Badajoz, 1938) tenía catorce años cuando su padre, Fernando Cantillo, murió en accidente laboral haciendo las casas: «Los taludes de atrás estaban mojados y había una piedra muy grande a flor de tierra. Se desplazó, le cayó encima y lo mató. Así de simple. No llevaba un año trabajando allí».
Hubo varias personas electrocutadas, entre ellas Manuel Aranda, que aparece en la foto junto a Jesús Pais. Virgilio Pais (Negreira, A Coruña, 1946) repasa los hechos: «Era 1960. Mi hermano Jesús era electricista y hacía relevos en la sala de máquinas del pantano junto a Manuel Aranda. Un día cuando llegó al relevo por la mañana lo encontró carbonizado. Tenía treinta y dos años. Tiempo después se mató este hermano mío en otra obra».
La margen izquierda en las cercanías de la presa, de tierras arcillosas y areniscas, es proclive a deslizamientos, pero el riesgo no fue valorado suficientemente. Hubo varios corrimientos de gran alcance coincidiendo con la temporada de lluvias, llamados localmente greeras, que obligaron a replantear el proyecto y a cambiar la ubicación de instalaciones.