Donçaina (madera de pino, caña)
Es éste un ejemplo de ciertos instrumentos aerófonos pastoriles, fabricados de una sola pieza de madera y provistos de una lengüeta simple y seis o siete agujeros para digitación. Modelos semejantes se encuentran en muchos lugares de la geografía ibérica, aunque muy próximos a su desaparición, pues apenas quedan personas que los fabriquen y los toquen.
Tanto la campana como la boquilla para proteger la lengüeta se tallan directamente en la misma pieza de madera. A veces se decora con diversos grabados a navaja, como en el presente ejemplar, procedente de Rubielos de Mora en Teruel (España). En este caso está fabricada de capazo de pino, las partes extremas de las ramas, más blandas y fáciles de agujerear, y el tubo es de sección exterior cuadrada, pero también se encuentran ejemplares de sauco (como la chifla de Campoo en Cantabria) o Higuera (turuta de El Torno, Cáceres), adaptándose a los materiales más abundantes en cada zona.
En estos y otros instrumentos no existían unas medidas fijas, sí aproximadas y atendiendo a una intuición y una tradición, es decir, copiando de otros ejemplares o siguiendo los gustos y habilidades del constructor. Tampoco la afinación es precisa, y la posición de los agujeros suele seguir normas más de comodidad o posición de los dedos. Las melodías se adaptarán a esta afinación, o bien se alterará la nota mediante la presión del aire buscando la afinación correcta.
A pesar de ello, eran empleados por muchos músicos populares para iniciarse en los toques tradicionales y, para más adelante, una vez adquirido el nivel necesario, pasar a otros instrumentos más elaborados, ya adquiridos a artesanos especializados.