Cómo nace el sonido de un rebaño
Existe varios cencerros de diferentes tamaños según los animales a los que se destinan (cabras/ovejas y vacas/caballos). En la zona se distinguen tres tipos diferentes: brunza, mulegna y traccola . La elección de los cencerros es el resultado de una lógica compleja de elaboración de los sonidos y de un sofisticado aprendizaje de la práctica de la audición. Según los pastores esta lógica consiste en combinar un número específico de cencerros con sonidos agudos (strillenti ) y graves (surdo), de manera que se forme la catena (cadena), es decir, una secuencia de sonidos armoniosos (cunciérto o accuórdo de campane). El pastor memoriza esta armonía, y en el momento de elegir un nuevo cencerro, selecciona aquel con la tonalidad deseada, para mejorar o hacer más compleja la cadena de sonidos que se quiere producir. La regla esencial es que los cencerros tienen que responderse mutuamente, los femeninos (con el sonido más fuerte y cristalino) y los masculinos (con el sonido más grave) en una alternancia a menudo definida como «sutte en’ còppa» («arriba y abajo»). En un concierto de campana de tamaños y timbres diferentes es deseable tener un cencerro más grande con un sonido particularmente grave (tuósto ). Se considera que este sonido cierra la alternancia de sonidos cristalinos y menos graves de los cencerros más pequeños. Los pastores señalan que este tipo de cencerro abarca a los demás, es decir se entona con el sonido de los otros. Cuando el cencerro no presenta un tono homogéneo (attacca a dùje suóne ), hay que arreglarlo y para ello el cencerreo lo martillea en determinados puntos hasta que consigue («hacer salir») el sonido deseado. La elección de los animales a los que se les colocan los cencerros se basa en las relaciones entre los propios animales, es decir en la capacidad para formar grupos distintos dentro del rebaño.
Los pastores afirman que es más fácil mantener a los animales unidos si se usan pocos cencerros ya que, cuando se usa un número mayor, los animales tienden a separarse en grupos. Cada grupo en movimiento produce un sonido distintivo que tiene que entonarse (accunciértá) con el de los demás grupos. La unión de todos los grupos, cuando el rebaño se concentra, debe producir el llamado concierto (cunciérto). Cada vaca tiene su propio nombre y cada animal lleva asociado el sonido de su cencerro. Esto significa que la ausencia de un sonido determinado puede alertar al pastor de la pérdida o desaparición de un animal.